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¿Alguna vez has intentado leer esa larga lista de ingredientes impresa en tu última compra de productos de belleza? ¿Estabas tratando de recordar tus clases de química de secundaria? ¿o latín?. A menos que seas una científica o estés familiarizada con la terminología de la  International Nomenclature of Cosmetic Ingredients (INCI), y te hayas mantenido al día con tus lecciones aprendidas de latín (porque en realidad parte de esas etiquetas están en latín), probablemente te sentiste tan confundida como la mayoría de los consumidores que intentan saber qué contienen sus productos de cosmética solo mirando sus etiquetas traseras. Sabemos que no es fácil, y por eso hemos preparado 4 claves que te ayudarán a entender un poco más las etiquetas de los cosméticos. ¡Vamos allá!

La Normativa Internacional 

El INCI, por sus siglas en inglés, significa International Nomenclature of Cosmetic Ingredients, y es quien establece un sistema a través del cual se etiquetan todos los cosméticos que puedes encontrar en el mercado. Para saber leer las etiquetas de los productos deberás conocer algunas de sus normativas básicas. Son las siguientes:

  • Todos los nombres de los ingredientes tienen que aparecer en latín, y algunos en inglés.
  • Los ingredientes tienen que estar ordenados de forma decreciente en cuanto a la cantidad que contiene el producto. Por lo tanto, en primer lugar se debe encontrar el ingrediente que en mayor cantidad se puede encontrar, y el último el que menos. De esta forma, si la publicidad de un producto te indica que contiene determinado ingrediente, pero en la etiqueta este aparece al final, puedes hacerte una idea de la honestidad de esa empresa con la promesa del producto.
  • En el caso de los colorantes se debe utilizar el número de CI (Colour Index) que es la denominación del INCI para estos ingredientes.

Claves para saber leer las etiquetas de los cosméticos

Es importante que tengamos claro que todos los productos cosméticos están obligados por ley a mostrar toda la información para asegurar la seguridad de los consumidores, dejando visibles las sustancias sensibilizantes y los alérgenos.

Pero puesto que el lenguaje utilizado es difícil de entender, pocos son los usuarios que se toman las molestias en conocer qué van a utilizar con los productos de cosmética que compran. Por eso, nunca está de más aprender un poco más sobre el contenido de esas etiquetas y tratar de descifrar lo máximo posible. Aquí te dejamos cuatro trucos que podrás utilizar para elegir mejor los productos de cosmética que utilizas en tu piel:

1. Fíjate muy bien en el orden de los ingredientes

La lista de ingredientes, que ya hemos mencionado anteriormente, es una enumeración de todos los ingredientes que se pueden encontrar en el cosmético. Estos deben aparecer en un orden de mayor a menor dentro de la propia fórmula. Esto, tal y como te hemos explicado en el apartado anterior, quiere decir que el primero de la lista es el que se encuentra en mayor cantidad en el producto. En este sentido, es muy frecuente encontrar que el primer ingrediente sea el agua.

Un dato muy importante que no todos conocen es que dentro de Europa, si alguno de los ingredientes tiene menos del 1% de la fórmula, no están obligados a ordenarse. Por otro lado, también debes saber que algunos ingredientes que son imprescindibles para que la fórmula cumpla su función final, se añaden sólo en pequeñas cantidades. Estos ingredientes continúan siendo igualmente efectivos aunque se encuentren en bajas concentraciones, por lo que no los verás al inicio de la lista. Por ejemplo, suele ocurrir mucho con el Ácido Salicílico o el Ácido Hialurónico. Y como siempre hay peros, también puede pasar que a causa de que los ingredientes por debajo del 1% de su concentración no están obligados a colocarse en orden, los ingredientes en menor cantidad no aporten tanto a la fórmula.

2. Ten en cuenta su fecha de caducidad

¿Te has fijado alguna vez en ese icono en tu crema hidratante con la forma de un bote abierto, con unos números y a continuación una letra?. A eso se le llama PAO (Period After Opening) y se refiere al tiempo máximo recomendado “de vida” que tiene ese producto. Por ley, todos los productos deben mostrar con claridad la fecha de duración de la fórmula una vez abierto.

Observarás que aparece un número junto a una M que es la cantidad de meses. Por ejemplo, si pone 10 M dentro del dibujo significa que dispones de unos 10 meses para utilizarlo y que el producto mantenga sus cualidades. Es importante tener claro que la cosmética sí caduca, por lo que nunca es recomendado utilizar un producto más tiempo del recomendado por el packaging, ya que la fórmula se deteriora y puede causarte daños e incluso irritaciones.

3. El idioma de las etiquetas

Según el INCI (International Nomenclature of Cosmetic Ingredients), los ingredientes deben aparecer en inglés o en latín. Todas las sustancias químicas que componen la fórmula se pueden encontrar en inglés pero todos los ingredientes derivados de plantas deben aparecer en latín, utilizando el sistema Linneo, con nombres binomiales de género y especie. Por ejemplo, el aloe vera aparecerá como ALOE BARBADENSIS.

Otro dato importante que debes tener en cuenta: para que un cosmético pueda considerarse natural este debe estar compuesto al menos de un 90% de materias primas naturales de origen vegetal y no contener sustancias irritantes, tóxicas o peligrosas.

En inglés puedes encontrar normalmente los tipos de parabenos (que podrás identificar porque terminan en -benos o -azos), los PEGs, siliconas y parafinas, que en su mayoría son ingredientes polémicos y que en ocasiones es mejor evitar.

4. Ten en cuenta los conservantes

Tomando como referencia la duración de los productos que hemos explicado en el punto anterior, debes saber que si escoges productos libres de conservantes su vida útil será también más limitada, estando también más expuestos a cambios en el aspecto, la textura e incluso el olor, a causa del contacto con factores externos (como la luz, la temperatura, o simplemente al entrar en contacto con el aire).

Los conservantes son ingredientes que mantienen la estabilidad de la propia fórmula y son una parte importante en los cosméticos. Son sustancias cumplen la función de impedir el desarrollo de microorganismos, como hongos y bacterias, que pueden perjudicar el producto. Por lo tanto, se utilizan para alargar la vida útil de los cosméticos. Su uso es, además, fundamental para evitar alteraciones causadas por microorganismos y contaminación durante la formulación, envío, almacenaje y consumo.

Con estas claves podrás defenderte al momento de comprar un nuevo producto de cosmética, sabiendo exactamente qué estás comprando y cuáles son sus condiciones.

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